viernes, 20 de abril de 2007

Magdalena

Era viernes por la mañana, la ciudad estaba vacía de sentido, la gente caminaba por doquier, las caras mostraban incertidumbre, ruina, una penumbra, parecía un éxodo hacia la nada, hacia el vacío, la concupiscencia de seres sensuales se manifestaba como pintura del entorno, como parte del todo. De pronto en medio de la desolación de la demencia, del nihilismo, aparece ella, causando furor, derrotando al horror, tan solo con su imagen, aunque su presencia denotara miedo, denotara tristeza, era distinto, no se veía perdida en el mar de seres inanimados, ella emergía, veía luz, su piel dorada, sus ojos grandes y claros, sus labios rojos, su cuello blanco y liso, su cuerpo parecía moldeado por la mano de Fidias, parecía Beatriz descendiendo al infierno para tenderle la mano a Dante, aunque en este caso era yo quien anhelaba coger su mano y caminar junto a ella, tomar mis deseos y junto a ella trascender los miedos ir más de ello, vencerlos, porque el amor es eso, es trascendencia, es búsqueda de libertad.

3 comentarios:

...LexNaïfHaus... dijo...

esta shido, me agrada toda la necesidad de decir todo lo q sientes, me gusta tu ambiscion

Óscar David López dijo...

Sí, sí, Magdalena, qué rica mantequilla.


:p


Saludos,

(y escribe más)

Òudi-Ló

Anónimo dijo...

muy chido, la neta me gusto un chingo solo una parte que te comente no, solo una palabra, pero fuera de ello esta muy chido sigue asi.

saludos